Bienvenidos a Trazos de Letras

**Bienvenidos a este rincón del Universo creado para la distraer la mente con lo que sea... Con palabras ajenas, con palabras propias, con comentarios al pasar, con quejas detenidas...Que sea éste, un espacio para el intercambio, un lugar de encuentro con amigos, un café donde escuchar la lluvia caer por la ventana o un hombro en donde poder descanzar la aturdida cabeza conflictuada...No se pide nada a cambio, pasen y vean (o lean); la entrada es libre y gratuita...**


jueves, 2 de julio de 2009

Instantes de Buenos Aires

7.40 de la mañana. Frío. Espero al 106 frente a plaza San Martín. LLega lleno, no hay lugar para viajar sentado, aunque tampoco para viajar parado.
Logro traspasar la maraña viviente que separa el colectivo en dos.
Me detengo justo al lado de la puerta del medio, del lado de los asientos dobles.
Puedo respirar. Por fin.
Una mujer peina con esmero a su pequeña hija de quizás seis, quizás siete años, mientras su hermano observa distraído por la ventana. Viajan sentados, ajenos a la vorágine que a escasos metros, centímetros, perturba el ambiente.
El peine recorre el suave y aterciopelado cabello azabache, dividido en dos grandes mechones que constrastan con el blanco guardapolvo.
La niña permanece inmóvil; su madre amaga en varias ocasiones con recoger el pelo en una cola. Continúa peinando y acariciando el negro manojo como si en ese efímero trabajo se fugara toda su vida.
De pronto, la amena evaluación comienza:
-¿dos por dos?
-cuatro- responde la pequeña
-¿dos por cinco?
-diez
-¿dos por... ocho?
-dieciseis...
El vaivén del frenético cepillo recorre una vez más los campos renegridos
-mmm ¿dos por... nueve?
-dieciocho.
No puedo evitar deleitarme con esta escena. No puedo evitar disfrutar el momento.
La mujer mira su reloj. Culmina su tarea. -Vamos- señala.
Tocan el timbre y bajan rápido; que se hace tarde para ir a la escuela.

9 comentarios:

Rafael Humberto Lizarazo Goyeneche dijo...

Hola, Atenea...

Entrañable entrada.

Esas son las pequeñas cosas cotidianas, que hacen más amable el vivir.

Abrazos.

José Luis López Recio dijo...

Bonita escena muy contada, has sabido trasladarme a ese lugar.
Saludos

nina dijo...

qué imagen tan tierna!! jaja me dejó con una sonrisa!!

Iván ignacio dijo...

Muy buen relato.

Taller Literario Kapasulino dijo...

Me encanto! Es precioso lo que contas... esas sencilleces que nos enamoran!

Netomancia dijo...

Maravilloso retrato de un instante.

Anónimo dijo...

muy lindo, mi querida amiga

muy real, un bonito retrato de un instante de vida


te extraño, hace mucho que no pasás por el barrio...

Anónimo dijo...

Esas pequeñas cosas, esas imagenes tan calidas que nos cautivan.

Anónimo dijo...

Dejar de ser uno, para ser ellos, entregarse al momento y sumergirse en el otro.
Muy lindo realmente.