Bienvenidos a Trazos de Letras

**Bienvenidos a este rincón del Universo creado para la distraer la mente con lo que sea... Con palabras ajenas, con palabras propias, con comentarios al pasar, con quejas detenidas...Que sea éste, un espacio para el intercambio, un lugar de encuentro con amigos, un café donde escuchar la lluvia caer por la ventana o un hombro en donde poder descanzar la aturdida cabeza conflictuada...No se pide nada a cambio, pasen y vean (o lean); la entrada es libre y gratuita...**


martes, 7 de enero de 2014

Instantes de Buenos Aires II

"Sobre lectores y lecturas, y desaparecidos"



En esta ocasión, la mención es sobre aquellos viajes urbanos que me veo obligada a realizar debido a la lejanía de mi lugar de trabajo con respecto a mi hogar.
Estos viajes obligados se presentan en un sinfin de personas y no todos logran disfrutar- sí, leyó bien, disfrutar-  del placer del viaje urbano.
En medio de piquetes, horarios fijos, lluvia, frío y calor se presenta el ejercicio inigualable de la pluma atenta a las vicisitudes cotidianas, a esas cosas, que según declaraba el zorro al principito, son invisibles a los ojos. Agregaría yo, a los ojos de los demás...
En este marco de acontecimientos usuales y cotidianos, podemos desplegar nuestra imaginación, nuestro pensamiento, nuestra escritura, como en mi caso, para desalienarnos del sopor, tenor, ardor, del día a día.
Lejos de MP3, MP4, anteojos oscuros y celular enchufado al oído, la percepción se vuelve más clara, más diáfana y nos encontramos con una especie de "semiología urbana", como diría Roland Barthes, que nos hace leer signos todo el tiempo y que solo hay que saber interpretar.
A colación de esto, hoy traigo una nueva de mis instantes de Buenos Aires. Una de lectores y de lecturas; y que refiere a las lecturas de las miradas y a la casi complicidad espontánea que se produce en el diálogo entre dos extraños en el colectivo.
En mi caso en particular, en el 84.
Hace una semana, viajaba apurada en dicho colectivo, absorta en mis preocupaciones literarias, sumida en el tedio que ocasionaba a Brausen, protagonista de La vida breve de Juan Carlos Onetti, la ciudad de Buenos Aires, preocupada por descifrar la representación de la ciudad en esa novela, cuando el hombre que se sentaba a mi lado, me indagó, luego de dejar de leer momentáneamente una noticia en El argentino.
- Disculpame- interrumpió. -¿Qué leés?
-La vida breve, de Onetti- respondí, mientras le mostraba la tapa del libro.
- Ah, sí, sí- me dijo.
Tuve ganas de preguntar por qué me preguntaba pero enseguida agregó: - ¿Qué tenés que hacer? ¿algún estudio? ¿Estás haciendo un análisis de la obra?
-Una monografía- respondí. Iba a agregar más detalles como que no era solamente un trabajo con esa sola novela, etc.... pero de nuevo me vi interesada en satisfacer mi curiosidad por su curiosidad:
-¿La leyó?- Sí, sí. Muy buena- Me dijo, y automáticamente volvió a interrogarme: -¿para qué?, ¿vos estudiás dónde?
-Licenciatura en Letras en la Facultad de Filosofía y Letras en la UBA - respondí.
-Ah, sí. Aceptó positivamente mi respuesta, como si fuera la llave que habría paso a sus secretos.
- Hay un escritor secuestrado durante la dictadura.... ¿Leíste a Haroldo Conti?
- Muy poco, hace mucho.
-Tenés que leerlo. Te recomiendo que leas "Todos los veranos". Yo lamentablemente no lo pude conocer. No lo llegué a ver. Él estuvo secuestrado en el mismo lugar que yo. Yo caí un mes después, y lamentablemente no lo pude ver, pero me dijeron que en los últimos tiempos estaba irreconocible, que tenía la cara así, desfigurada...
Y después bue...
Un silencio se hizo en él.
Yo no podía creer lo que este Instante de Buenos Aires me estaba deparando. Un encuentro muy especial, un encuentro con un sobreviviente de un centro clandestino de detención durante la última dictadura. Alguien que me había indagado sobre dónde estudiaba, como si eso, hubiese sido lo que posibilitaba el relato.
Yo era y soy de Filo, lugar donde también muchos compañeros y docentes fueron desaparecidos... Eso bastaba para saber que podía contarme.
Tenía tantas preguntas y tanta curiosidad por hablar con él, pero a la vez me paralizaba la idea de saber que él había vivido eso y me lo contaba con la tranquilidad que solo otorga saber que se ha despertado de la pesadilla...
Tenía tantas cosas que quería decirle...
-Bueno, no te entretengo más, me dijo. Pero tenés que leerlo.  Seguí leyendo- me dijo y se volvió a enfrascar en su diario...

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Dubitación



¿Qué habría pasado?


La tensión sexual se había mantenido durante años. Eran muy buenos amigos, por elección. Porque no quedaba otra.
Él había estado de novio mientras ella lo admiraba en secreto. Ella se puso de novia, justo semanas antes de que él la llamara para contarle que había roto con la suya para siempre...

 Habían pasado más de cinco años, de aquel beso prohibido, que había quedado solo en eso. En la certeza de que eran más que amigos y a la vez solo amigos.
Entre ellos solo hubo un beso y nada más. La efímera fracción de cinco segundos condensados en sus mentes durante el gotear concomitante de los cinco años transcurridos.


-¿Qué habría pasado?


Una y mil veces se lo preguntaba, coqueteando en sus fantasías, cálidas escenas de amor junto a incursiones furtivas y secretas.


Cierto es que en esos cinco años, tuvo la oportunidad de descubrir qué pasaba al otro lado de su mente. Aquella noche, cuando él finalmente la invitó a tomar algo, "porque sino no vamos a salir nunca". ¿Qué habría pasado? Si entre esa última frase pronunciada por su boca juvenil y el palpitar terriblemente audible del segundero del reloj, no  hubiese mediado el temor y la duda por aceptar la invitación, a sabiendas de que a la mañana siguiente su novio la pasaría a buscar para ir a comer, a sabiendas de que era algo prohibido...
-¿Qué habría pasado? Si olvidando la culpa no hubiese levantando el tubo telefónico para deshacer aquellas palabras, que habían costado cinco años en hacerse verbo...


Aún hoy, se llaman y son amigos. El secreto se conservará entre ellos, como un sueño, como algo nunca dicho, como algo que nunca ocurrió.
Aunque ambos se preguntan aún, ¿qué habría pasado?

miércoles, 14 de octubre de 2009

Día de la Raza

América no se llamaba así en 1492. Había sido poblada hacía unos 30.000 años. Los primeros habitantes de este inmenso continente llegaron desde Asia y desde Oceanía en oleadas sucesivas, los primeros desde el norte, los segundos por el sur.

Para 1492 se habían desarrollado formas variadas de organización social. Había sociedades urbanas con grandes y bellas ciudades, como la de los aztecas, en el valle central de México, y la de los incas, en los Andes centrales. La cultura maya, que se había extendido por la península de Yucatán, ya había desaparecido misteriosamente.
Entre los desarrollos culturales de estas grandes civilizaciones podemos citar, los conocimientos científicos de los mayas quienes lograron establecer el calendario solar de 365 días, por mencionar solo un ejemplo.
Los aztecas, por su parte, fundaron la que llegaría a ser la ciudad más grande y poblada del mundo de aquella época: Tenochtitlán. Vivían de la guerra y de los tributos que los pueblos vencidos se veían obligados a pagarles.
Los incas crearon un imperio que llegó a ocupar gran parte de los actuales países de Ecuador, Perú, Bolivia, Chile y Argentina. Fueron grandes guerreros, agricultores, artesanos y arquitectos que aplicaron a sus ciudades ingeniosos sistemas de riego y defensa.
Como ocurría en Europa por aquel entonces, otros pueblos tenían otro grado de desarrollo vinculado a las condiciones de su región y sus necesidades, y eran cazadores- recolectores .(1)



Pero todo cambió de repente, cuando un grupo de expedicionarios españoles, buscando una ruta hacia la India se topó con las tierras americanas. Este suceso es el motivo por el que hoy estamos aquí reunidos para recordar, y por qué no, para criticar y reflexionar sobre este hecho fundamental que innegablemente cambió nuestra historia para siempre.
Repasar esa fecha nos hace reflexionar sobre un momento bisagra de la historia mundial. A partir del 12 de octubre de 1492, el mundo pasó a ser diferente, tanto para los conquistadores, como para los conquistados. Desde el arribo de Colón a América ya nada volvería a ser como antes.

A distancia podemos discutir varias cuestiones sobre qué significa este día en nuestras vidas y qué sentido debemos darle de ahora en más a este “Día de la raza”. Para empezar entonces, una pregunta obligada debería surgir en nuestras mentes. ¿Qué es esto de la raza?
Hace tiempo que esta conmemoración denominada de esta forma, es cuestionada, ya que la palabra “Raza” se vincula con linaje, pureza de sangre, denota clasificación de grupos que se distinguen, en función de una errónea superioridad de unos sobre otros.
Ahora entonces ¿Es posible recordar el día de la raza? ¿Cuál sería nuestra raza? ¿La de los pueblos colonizados que sembraron con su sangre nuestra América y la de sus ancestros? ¿la de los conquistadores españoles?
Ninguna de ellas se corresponde con nuestra realidad.
Por eso, está en nosotros el repensar la historia desde nuestra propia mirada y recordar esta fecha en toda su dimensión. Hoy a 517 años, es preciso saber que el mal llamado descubrimiento de América, no fue un descubrimiento, no para los pueblos originarios, no para los antiguos habitantes de esta tierra, quienes ya vivían aquí hace miles de años.
Preferible es entonces recordar este día como el día del encuentro de dos culturas diferentes, cada una con sus creencias y su forma de vivir.
Innegable es que la Conquista de América fue sangrienta y que muchísimas vidas se perdieron por no poder aceptar al otro, por no aceptar que la diferencia también puede ser constructiva y valiosa. Pero por otro lado, tampoco podemos negar que nosotros somos hijos de esa mezcla entre esas dos culturas. Somos producto del mestizaje entre los conquistadores, los pueblos originarios y los pueblos africanos que llegaron a América como esclavos.
Recordar la conquista de América, supone entender a ésta en toda su complejidad, en la posibilidad de revisar la historia, de la cual debemos aprender, para no volver a cometer los errores del pasado.
Debemos aprender a convivir en una sociedad plural, en la que todos y cada uno de nosotros sea considerado y respetado, más allá de su origen o su religión. Más allá de su ideología o su color de piel.
Es hora de que aprendamos a valorar al otro y de entender que es a partir de la diferencia que podemos construir una sociedad mejor.
Es hora de que comprendamos que la discriminación y la segregación solo conducen a la desunión y a que otros pueblos nos dominen.
Es por eso, que hoy nos toca a nosotros seguir construyendo la historia.
Es nuestra la responsabilidad de luchar por una América unida y fraterna.
Una América libre y plural donde todas las voces tengan su lugar; donde todos los derechos sean respetados; donde todos los reclamos, sobre todo los de los pueblos originarios que hoy claman porque no les quiten sus tierras, sean escuchados.
Atenea Kamet

(1) Felipe Pigna, Los mitos de la historia argentina, Buenos Aires, 2008, Ed. Norma

viernes, 11 de septiembre de 2009

DIARIO DE VIAJE


Muchas veces un viaje puede representar la posibilidad de trasladar nuestros problemas a otro ámbito diferente, alejado de la rutina; otras veces, se convierte en una agotadora carrera de salidas nocturnas en las que difícilmente uno pueda conectarse con el paisaje y su armonía. No obstante, en algunas oportunidades, el mismo aire cargado de sonidos susurrantes, el cielo dibujado y la calma vertiginosa que inspira atravesarlos, nos hace trasladar de nuevo al más recóndito rincón de nuestro ser, a ese, al cual muchas veces no escuchamos por el apuro de la vida moderna…


Nuestro punto de partida es el aeropuerto Jorge Newbery, lugar que solo había conocido a través de diarios, revistas y culebrones de la tv, aquellos en los cuales siempre, uno de los dos amantes, decide tras un breve impulso arrollador, correr detrás de la felicidad que está a punto de partir lejos.

¿Por qué un viaje en avión?

Bueno, en primer lugar, porque aunque parezca mentira, es más barato (sí, sí barato, ¡no económico! Desprendámonos de las caretas del lenguaje, ese que dice que económico, es más chic que “barato”… barato es para los grasas ¿no?).

En segundo lugar, y no por ello menos importante, el tiempo que se demora en arribar, sobre todo cuando no se poseen demasiados días de descanso.

Adrenalina, emoción, inquietud y un poco de miedo, por qué no, se mezclan en el despegue. Luego, calma absoluta. Felicidad. Obnubilación. Enajenamiento visual. Imposible descripción de lo que los ojos admiran. Ni siquiera el fiel retrato fotográfico puede hacer justicia. Fascinación. Heaven, I´m the heaven…

Y por fin, luego de dos horas, llegamos a la ciudad de Salta, la linda, la que todo argentino por obligación debería conocer, antes que Florianopolis, antes de planear su viaje por el exterior… ¿será que aún no somos conscientes de la belleza que alberga nuestro territorio? ¿Por qué será que a veces preferimos lo extraño, lo de afuera, como superior, de mayor calidad que lo nuestro?

Nuestro punto de partida fue Salta, la intención, recorrer todo el NOA. No hubo tiempo, por eso, el comienzo en la capital de la provincia de mismo nombre. ¿Nuestro fin? No hay un fin, hay solo un inicio, un viaje que se construye juntos, ahora un viaje literario en el que los trazos de letras recortan paisajes, espacios, lugares. Es distinto, es verdad, pero creo que vale la pena, será un camino donde tal vez, haya más espacio para la reflexión, para el comentario y por qué no, para la teoría literaria. Están todos invitados, espero que les guste, y sino, saben, pueden decirlo, todo comentario es bienvenido.

Solo una cosita más por hoy, una confesión si se quiere: yo no soy de los que pretenden lo foráneo mejor, siempre mejor que lo nuestro (en cine, en industria, en cultura, etc, etc), pero debo sincerarme con ustedes, no hace mucho que descubrí estos paisajes, y, si bien es verdad que viajé por nuestro país, nunca pensé como posible lugar de vacaciones, el NOA, el noroeste argentino. No sabía de sus tierras, de sus sabores, no sabía de su cultura ni de su encanto. Encanto con el cual me tropecé por casualidad, al ver fotografías de amigos. De ahí en más quedé enamorada, perdida por su gente, por su pueblo. De allí que todo el año solo pensé en llegar, en recorrer esos lugares, que hoy los invito a recorrer, junto a mi diario de viaje. Súbanse, que no se van a arrepentir…

jueves, 2 de julio de 2009

Instantes de Buenos Aires

7.40 de la mañana. Frío. Espero al 106 frente a plaza San Martín. LLega lleno, no hay lugar para viajar sentado, aunque tampoco para viajar parado.
Logro traspasar la maraña viviente que separa el colectivo en dos.
Me detengo justo al lado de la puerta del medio, del lado de los asientos dobles.
Puedo respirar. Por fin.
Una mujer peina con esmero a su pequeña hija de quizás seis, quizás siete años, mientras su hermano observa distraído por la ventana. Viajan sentados, ajenos a la vorágine que a escasos metros, centímetros, perturba el ambiente.
El peine recorre el suave y aterciopelado cabello azabache, dividido en dos grandes mechones que constrastan con el blanco guardapolvo.
La niña permanece inmóvil; su madre amaga en varias ocasiones con recoger el pelo en una cola. Continúa peinando y acariciando el negro manojo como si en ese efímero trabajo se fugara toda su vida.
De pronto, la amena evaluación comienza:
-¿dos por dos?
-cuatro- responde la pequeña
-¿dos por cinco?
-diez
-¿dos por... ocho?
-dieciseis...
El vaivén del frenético cepillo recorre una vez más los campos renegridos
-mmm ¿dos por... nueve?
-dieciocho.
No puedo evitar deleitarme con esta escena. No puedo evitar disfrutar el momento.
La mujer mira su reloj. Culmina su tarea. -Vamos- señala.
Tocan el timbre y bajan rápido; que se hace tarde para ir a la escuela.

martes, 9 de junio de 2009

EL DE VENIR

Líquido viscoso
Espeso.
Los hombres creen
nadar (y)
[solo] permanecen
en la superficie
[otros] permanecen
en la profundidad
............................

¡Despierta
del letargo!
¡Quiero llegar!
La oscuridad
se aclara.

Los hombres creen
nada. (y)
la permanencia
no explica
el sentido.
[muchos] caminan
sobre el agua (...)
En la profundidad
comienza el remolino.
...............................

Agua cristalina
limpia,
los hombres creen
el cambio
Es posible.

miércoles, 3 de junio de 2009

Gris mañana bonaerense


El día está nublado. Gris mañana bonaerense.
El cantar de los pequeños gorriones apenas se oye
tras el incansable ruido de los motores de la avenida.
Gris y más gris.
Un poco de melancolía.
Ni siquiera la lluvia se atreve a interponerse
en esta triste mañana gris.
(17 de Mayo de 1999)

lunes, 6 de abril de 2009

Secuela Vengativa (Final)

Antes que nada, perdón por la tardanza, un par de problemas "computacionales" me impidieron subir la última entrega de esta historia. Espero que aún así se entienda la historia... Muchas gracias a todos, besos.

CAPITULO VI
Mauricio Pineda corre contrarreloj, como si pudiera advertir el final...
Llega allí, donde Aída conoce el Infierno en vida.
Ya no hay caso, discuten los médicos... es sólo cuestión de minutos... piensan y un gemido se oye detrás de la cortina...
- Mauricio... Mauricio- delira Aída, -no me perdonaste...y ya no puedo aguantar más... Te amo- suspira, y decide morir...
-¡¡¡Aída no!!!!!- Grita Mauricio, cuando todo ya ha acabado...


EPÍLOGO
Mauricio muere de bronca... La cobardía de su juventud ha llevado a la muerte a aquella vanidosa, intempestiva mujer, a aquella única a la que le dijo - te amo- Siente que la ira que sintió por ella ha sido demasiada para su vida y nunca se perdonará haberla abandonado en la calle sin su amor..

Dicen que murió de infección... Mas él sabe que murió por dentro, él sabe que no fue muerte sino suicidio, sabe que su fuerza era capaz de levantar un edificio pero sabe que el corazón de una madre, no puede aguantar trece años de dolor...

Nunca se perdonará haberse vengado de ella... ¿Porque tanto odio si tanto la amaba?
Nunca podrá mirar a los ojos nuevamente a Aída, su pequeña, quien nunca conocerá a su verdadera madre...
Dicen que murió de infección... Más él sabe que murió por él... Y por eso... en un último gesto de amor hacia ella, que todo lo dio por él... Decidió acompañarla al infierno.

jueves, 26 de marzo de 2009

Secuela Vengativa (Cap. IV y V)



CAPITULO IV
Temprano por la mañana parte hacia Buenos aires en el primer vuelo de Aerolíneas, recorre San Telmo y algo le dice que Aída verdaderamente ha caído enferma... Averigua sobre su paradero... nadie sabe nada de ella en el barrio.
Desesperado por su viejo amor, corre sin dirección en su búsqueda... Vuelve a recordar lugares, olores y la humedad de aquel pasado que nunca hubiese querido volver a recorrer.

Por un momento, como reaccionando, trata de recobrar la cordura y plantearse qué es lo que hace en Buenos Aires, buscando desesperadamente a una vieja puta que frecuentó en su juventud olvidada...
Sabe que del otro lado del mar, una pequeña de trece años y una dulce y bella mujer aguardan su regreso y se siente miserable por estar en aquel inmundo suburbio.
Sin embargo, aquella adicción vuelve a tomarlo por sorpresa y vuelve a envenenarlo del deseo de volver a verla...
Es una locura y lo sabe... Pero volvería una y mil veces a perder la cabeza por ella.
En el último grito desgarrador de dolor acude a La Cantina, donde lamentablemente presiente... sabrán algo de su ser: -no la hemos vuelto a ver desde que contrajo SIDA, ha huido del mundo como una rata y ya no es la que era - advierte el viejo y gordo cantinero baboso que nunca pudo poseerla...
-Esa mina se perdió más de lo que estaba, pero si todavía querés rendir alguna cuenta... Me han dicho que está en el Montes de Oca.


CAPITULO V
Ya no es capaz de salir de paseo por el parque... la enfermedad está en su etapa final... Solo espera la llegada de la maldita muerte que se rehusa a salvarla...

Ya no llora, sus ojos secos no son capaz de derramar una sola gota del líquido que tanto acumuló en aquellos años de ciego orgullo.

Ya no reacciona ante la sensibilidad en sus piernas... cansadas de tanta agresión...

Aída ya no vive... Sólo aún respira... Aunque en lo más profundo de su conciencia sabe que bastaría la presencia de él, para que todo mejorara.

Ella ya no quiere vivir, no quiere luchar, su cuerpo ya no quiere sufrir y prefiere esperar impávida la llegada de su hora.

Los médicos ya no saben qué hacer... La depresión en la que ha caído en la última semana la ha deteriorado hasta llevarla al límite que roza con la muerte. No hay cura, ya no es posible hacer nada, piensan los médicos...Aunque las enfermeras creen que él, Mauricio, él sí puede ayudarla...

martes, 24 de marzo de 2009

"LA MEMORIA"



Los viejos amores que no están,
la ilusión de los que perdieron,
todas las promesas que se van,
y los que en cualquier guerra se cayeron.


Todo está guardado en la memoria,
sueño de la vida y de la historia.


El engaño y la complicidad
de los genocidas que están sueltos,
el indulto y el punto final
a las bestias de aquel infierno.


Todo está guardado en la memoria,
sueño de la vida y de la historia.


La memoria despierta para herir
a los pueblos dormidos
que no la dejan vivir
libre como el viento.


Los desaparecidos que se buscan
con el color de sus nacimientos,
el hambre y la abundancia que se juntan,
el mal trato con su mal recuerdo.


Todo está clavado en la memoria,
espina de la vida y de la historia.


Dos mil comerían por un año
con lo que cuesta un minuto militar
Cuántos dejarían de ser esclavos
por el precio de una bomba al mar.


Todo está clavado en la memoria,
espina de la vida y de la historia.


La memoria pincha hasta sangrar,
a los pueblos que la amarran
y no la dejan andar
libre como el viento.


Todos los muertos de la A.M.I.A.
y los de la Embajada de Israel,
el poder secreto de las armas,
la justicia que mira y no ve.


Todo está escondido en la memoria,
refugio de la vida y de la historia.


Fue cuando se callaron las iglesias,
fue cuando el fútbol se lo comió todo,
que los padres palotinos y Angelelli
dejaron su sangre en el lodo.


Todo está escondido en la memoria,
refugio de la vida y de la historia.

La memoria estalla hasta vencer
a los pueblos que la aplastan
y que no la dejan ser
libre como el viento.

La bala a Chico Méndez en Brasil,
150.000 guatemaltecos,
los mineros que enfrentan al fusil,
represión estudiantil en México

Todo está cargado en la memoria,
arma de la vida y de la historia.

América con almas destruidas,
los chicos que mata el escuadrón,
suplicio de Mugica por las villas,
dignidad de Rodolfo Walsh.
Todo está cargado en la memoria,
arma de la vida y de la historia.
La memoria apunta hasta matar
a los pueblos que la callan
y no la dejan volar
libre como el viento.

León Gieco.